Pinar de Hoyocasero

Su interior es recorrido por el arroyo del Pinar, que acaba desembocando en el río Alberche después de remansarse en una interesante turbera.

Está limitado al norte por la carretera AV-905 y al sur por una suave elevación denominada La Cordillera, cuyo punto culminante es el Cerro Alto (1415 m), mientras que la depresión inferior del arroyo se sitúa a 1250 m. La Extensión del bosque es pequeña, de unas 150 hectáreas, pero la riqueza florística es sorprendente, tanto es así que el siglo XIX hubo pocos botánicos españoles o extranjeros que viajaran por el centro peninsular y olvidaran visitar el Pinar de Hoyocasero.

Desgraciadamente el senecio se ha extinguido del pinar, quizá por las constantes desecaciones a las que está sometido el arroyo; afortunadamente aún crece en algunas localidades gredenses.

Acompañando al pino y al melojo pueden observarse además de los citados antes, varios arbustos y arbolillos entre los que destacamos la gatiña o tojo (Genista falcata) el escobón o piorno negro (Cytisus scoparius, fácilmente reconocible en la fructificación por sus legumbres planas provistas de cilios largos únicamente en sus márgenes; la escoba blanca (Cytisus multiflorus), que prefiere las zonas aclaradas del bosque y cuyo nombre popular alude al color de sus flores; el serbal de los cazadores (Sorbus aucuparia) y el endrino (Prunus spinosa) al que nunca hemos observado con frutos en esta localidad.

Creemos interesante resaltar, además, que numerosos pinos están parasitados por el muérdago (Viscum album susbs.

austriacum, una planta hemiparásita muy apreciada desde la antigüedad, tanto por sus propiedades medicinales como por su carácter mítico-religioso, especialmente en las culturas célticas.

Alcachofa serrana, ( Rhaponticun exaltatum )