Conoce al príncipe de Pietraperzia y a su esposa doña Giovanna.
Para complacerles escribe un poema en latín dedicado al ajedrez, que sólo se conserva en parte.
En 1617 escribe su gran obra «El juego del ajedrez de don Pietro Carrera, dividido en ocho libros», en el que se recoge y elabora sistemáticamente información perteneciente a escritores anteriores a él.
Tras la muerte del príncipe de Messina se instaló en Canicattì y luego en Catania.
No fue un buen jugador en partida viva pero sí un gran analista y sus libros son muy importantes desde el punto de vista teórico para el ajedrez.