Durante el periodo fascista fue uno de los pocos profesores que no iba a la iglesia, continuando formando parte del movimiento clandestino.
Calamandrei negó las objeciones y el caso le interesó al nuevo ministro de Gracia y Justicia, Alfredo De Marsico, quien le garantizó protección con el propio Mussolini.
Más tarde se mudó a Collicello Umbro, donde permaneció hasta la liberación de Roma.
En ese Código no es cierto que se plasmaran las enseñanza de Giuseppe Chiovenda.
En 1953 tomó parte en la fundación del movimiento de «Unidad Popular» junto a Ferruccio Parri, Tristano Codignola, entre otros.