Piedras deslizantes

Se han observado y estudiado este tipo de huellas en varios sitios, desde el suroeste estadounidense, donde son más numerosas, hasta el Sahara tunecino.

A veces, las piedras se vuelcan, y ponen en el suelo otra de sus caras que deja un rastro diferente.

Las trazas comúnmente tienen orientaciones y longitudes que difieren de unas a otras.

Otras son rocas ígneas intrusivas que derivan de relieves próximos constituidos, fundamentalmente, por sienitas ricas en feldespato.

Muchas hipótesis postuladas por geólogos sugerían que fuertes vientos actuando sobre el barro húmedo podrían ser, al menos en parte, responsables del fenómeno.

Visitaron el lugar en dieciséis ocasiones durante esos siete años y monitorizaron treinta piedras etiquetadas determinando su posición mediante estacas de acero clavadas en la superficie arcillosa.

Finalmente, todas excepto dos de las 30 piedras monitorizadas se movieron durante los 7 años estudiados.

La piedra pudo haber creado su antigua y recta senda de 170 m por el impulso que produjo su caída sobre la playa húmeda.

La eliminación por motivos artificiales se consideró improbable debido a que no se apreció el tipo de daño que un camión y un cabestrante podrían haber causado en la playa.

Finalmente, Karen fue redescubierta por la geóloga Paula Messina en 1996, mucho más al norte de donde Sharp la había visto por última vez.

Los físicos Bacon et al., estudiaron el fenómeno en 1996 en el lago-playa Owens Dry y encontraron que las ráfagas de viento pueden comprimirse e intensificarse por ser la superficie de la playa tan lisa y llana.

También encontraron que las capas límites (la región justo por encima del suelo donde los vientos son más lentos debido a la fricción) en ese tipo de superficies pueden rebajarse unos 5 cm.

El viento y el hielo son la hipótesis preferidas para estas misteriosas piedras deslizantes.

Pero, en 2013, se describieron numerosas trazas similares a las de Racetrack en una laguna efímera denominada Altillo Chica en Lillo (Toledo), España.

[8]​ Para ello utilizaron rocas provistas con GPS, una estación meteorológica y la técnica fotográfica de cámara rápida o time-lapse.

"Piedra viajera" en Racetrack Playa.
Algunas sendas de las piedras no son lineales.
Dos piedras en Racetrack Playa .
Un panorama de la Vía Láctea con las sendas de las piedras deslizantes abajo. Puede observarse una piedra en la derecha de la imagen.
Trazas dejadas por rocas y sedimentos en la laguna de Altillo Chica , Lillo (Toledo) .
Una piedra utilizada en la investigación de Norris en la que se puede ver la unidad de GPS dentro de una cavidad perforada en su parte superior.