Pico Sacro
La cresta del monte está dividida por un profunda zanja, probablemente artificial (quizá aprovechando alguna grieta natural del terreno) que es llamada Rúa da Raíña Lupa, y se desconoce cuándo se abrió y con qué fin.En la cima, no muy amplia, aún son visibles los cimientos de una pequeña fortaleza, cuya última reconstrucción fue emprendida por el arzobispo Fonseca en 1473.[4] La tradición jacobea, como veremos más abajo, sitúa aquí a un dragón protegiendo una de las entradas al infierno.I, pág, 255, Santiago, 1988) el antiguo nombre de Ilicino a partir del latín ilex, que significa "encina".El texto aprovecha para darle una etimología popular al nombre del monte, haciéndolo proceder del latín illiciens (= "seductor"), puesto que allí eran “muchos mortales seducidos por el mal” (plures mortalium male illecti) y daban culto a "demonios", o sea, a ídolos paganos.