Cada máquina arrancaba al mismo tiempo, pero no había ningún vínculo - ni mecánico ni eléctrico- entre las dos, para asegurar y mantener cualquier sincronización del desarrollo de la película con la emisión del sonido.
Para las actuaciones que no eran canciones (sketches, monólogos), el grabado se realizaba en el propio plató, en el momento del rodaje.
Un gran número de Phonoscènes utilizaban un disco ya comercializado por una casa fonográfica (Por ejemplo: Odeon, Zonophone, Gramophone, Fonotipia, Ideal, Favorit, APGA, Appolon, Aerophone) en el que el artista cantaba en playback.
Los phonoscènes primero son presentadas durante sesiones excepcionales organizadas por Léon Gaumont en la academia de las ciencias.
[7] Les Nouveautés (anteriormente cine Gaumont-Nouveautés del boulevard Carnot, hoy cerrado) presentó unos Phonoscènes en diciembre de 1907[8].
La realización de las phonoscènes fue asegurada al principio por Alice Guy después por Louis Feuillade.
Pierre Philippe realizó luego para Arte un documental en dos partes, La novela del music-hall, difundido en diciembre de 1993, en el cual fueron presentados igualmente algunas phonoscènes.
[12] Durante una noche Thema consagrada a finales de 2005 a la historia del videoclip, el corto documental Clipausaurus Rex de Philippe Truffault mencionó las phonoscènes (así como los song-slides) entre los más antiguos ancestros del videoclip.