Su padre murió en 1530 en Italia, y su madre se volvió a casar con Jean II, conde de Horne/Hoorne.
En 1559 comandó la majestuosa flota que condujo al rey Felipe II de España desde los Países Bajos a España, y permaneció en la corte española hasta 1563.
A su regreso se alineó con el Guillermo, príncipe de Orange, y con el Conde de Egmont como jefe del partido que se oponía a la política del cardenal Antonio Perrenot de Granvela, contrario a la liberad religiosa.
Cuando Granvela se retiró, los tres nobles continuaron resistiéndose a la introducción de la Inquisición y al gobierno español en los Países Bajos.
A fin de reprimir a los rebeldes y combatir la herejía protestante en los Países Bajos, el rey Felipe II envió a Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, el Gran Duque de Alba, quien apresó al conde de Horn y al conde de Egmont, juzgándolos y condenando a ambos nobles como traidores.