[1] Petrona fue hija de Carmen Garino y Feliciano Viera, sufrió a los dos años meningitis que la dejó sorda, aprendió desde pequeña con una maestra especializada a leer los labios y hacerse entender por lenguaje de señas.
Cuando tenía aproximadamente veinte años comenzó a recibir clases privadas de pintura en su casa con el maestro catalán Vicente Puig.
Desde 1922 Guillermo Laborde fue su maestro y consejero, cuyas enseñanzas la afiliaron a la corriente planista.
[4] El planismo se puede ver desde dos puntos de vista una de ellos es: un movimiento artístico caracterizado por destruir la tridimensionalidad, recurriendo a imágenes bidimensionales situadas en planos superpuestos o caracterizado por un tratamiento plano de los colores, una paleta luminosa dominada más por matices que por colores primarios, y una perspectiva soslayada, lo que genera que los motivos parecen encontrarse prácticamente en un mismo plano.
[6] Con el correr de los años, comenzó a pintar paisajes, en los que los planistas se destacan mucho más.