Como petit hôtel se conocía, especialmente durante los siglos XVIII y XIX, un tipo de residencias urbanas no permanentes de la alta burguesía o la aristocracia.
Los propietarios las utilizaban durante el período en que sus obligaciones laborales o sociales, en especial la temporada de visitas, requerían su presencia en la ciudad.
Durante el resto del año, residían en sus dominios rurales, haciendas, manors, country houses, estancias, etc.
El término hôtel no está directamente relacionado con la acepción que la palabra hotel tiene actualmente en español, sino a su sentido original de alojamiento en general.
La mayoría de los petit hôtels dejaron de estar en manos privadas desde comienzos del siglo XX, siendo adquiridos por capital público para su uso como palacios reales, museos, embajadas o similares.