Inició su carrera con veinte años, como correpetidor en el Landestheater de Salzburgo.
Entre 1985 y 1993 fue director Musical General del Nationaltheater de Mannheim.
Su buen hacer le hizo valedor de asumir al año siguiente la dirección de la nueva producción de Lohengrin, debida al cineasta alemán Werner Herzog y que estuvo en cartel con gran éxito hasta 1993, dirigiendo todas las funciones.
Entre sus representaciones, merecen destacarse, en Madrid, Tristán e Isolda en el Teatro de la Zarzuela en 1989, con Richard Versalle, Montserrat Caballé y Brigitte Fassbaender o El Anillo del Nibelungo en el Teatro Real, cuyas jornadas fueron representándose sucesivamente entre 2002 y 2004.
Schneider se ubica en la tradición germana de los Kapellmeister, directores con amplia experiencia debido a su discurrir en su juventud por teatros pequeños en las obras tradicionales del repertorio germánico.