Perspectivas religiosas sobre la masturbación

[12]​ Los autores cristianos Jones y Jones comparten la perspectiva bíblica del también cristiano James R. Johnson sobre la masturbación, según la cual: «una experiencia sexual solitaria, sea un sueño húmedo o masturbación, [es tratada] como un asunto puramente ceremonial de limpieza y no como un asunto moral».

El versículo 18 continúa diciendo que las mismas reglas de limpieza aplican si un hombre y una mujer tienen relaciones sexuales.

En tanto los cristianos contemporáneos comúnmente consideran que la ley ceremonial del Antiguo Testamento ya no es válida, este autor sugiere que la masturbación no es en sí misma una preocupación moral desde una perspectiva bíblica, como tampoco es ya una preocupación ceremonial».

[18]​ Deming sostiene que, además del ojo, «la mano juega también un papel importante en la lujuria por medio de la masturbación».

El padre de la Iglesia griega egipcia Clemente de Alejandría (c. 150 - c. 215) escribe en su Paedagogus, o El pedagogo que:En tanto fue instituida por Dios para la propagación del hombre, la simiente no debe ser eyaculada en vano, ni debe ser dañada o desperdiciada.Académicos como Raj Bhala o Kathryn M. Kueny arguyen que la declaración de Clemente incluye tanto al coitus interruptus como a la masturbación entre los actos que causan «daño a la naturaleza».

[23]​ Autores como James A. Brundage (tal y como es descrito por Arthur J. Mielke) han señalado que «los asuntos de la masturbación y la fantasía sexual no fueron importantes para autores paganos o cristianos sino hasta los siglos IV o V» (coincidiendo con el surgimiento del monasticismo).

Entre sus conclusiones se encuentranː (1) Que en ninguna parte del Antiguo o Nuevo Testamento hay un tratamiento explícito sobre el tema de la masturbación.

[28]​ Thomas Laqueur concuerda, comentando que «Al mundo antiguo le preocupaba poco el asunto; era un lugar recóndito dentro de las enseñanzas judías y cristianas sobre la sexualidad.

De hecho, el sexo en solitario como un problema moral serio puede fecharse con una precisión poco común en la historia cultural: la publicación del tratado anónimo Onania hacia 1722».

[17]​ : 299 [49]​[64]​[65]​ Entre los siglos VI y XI hay más referencias a la masturbación en los penitenciales, pero es considerada con mucha mayor indulgencia que los otros pecados carnales.

Si no se controla, puede «ascender en grados» hasta «que dos hombres se acaricien mutuamente las partes masculinas» (masturbación mutua), lo que lo puede llevar a uno a «fornicar entre los muslos» (coito femoral) «o incluso en el trasero» (coito anal).

Los autores del libro adoptaron una perspectiva similar a la de Curran, sin llegar a decir que la masturbación no fuera un pecado, sino solo que «no todo acto de masturbación deliberadamente voluntario constituye necesariamente el grave asunto requerido para el pecado mortal».

[79]​ : 74 Si bien Curran podría llegar a afirmar que la masturbación podía ser moralmente aceptable bajo determinadas condiciones, para Richard A. Spinello, el papa Juan Pablo II no afirma que la masturbación sea siempre inmoral porque «el acto físico en sí mismo sea incorrecto y desordenado».

[85]​ Según Brian F. Linnane, "hasta el siglo XX, las normas morales efectivas sobre el comportamiento sexual eran similares para protestantes y católicos, si bien las justificaciones de tales normas podrían ... ser bastante diferentes... Para los dos grupos, la expresión sexual se limitaba al matrimonio heterosexual, monógamo y de por vida.

"[86]​ Rainer Brandes apunta que: "Durante un largo tiempo la teología protestante ha puesto la sexualidad exclusivamente al servicio de la reproducción.

A esto se le conoce en alemán como "la enfermedad secreta," pero esta expresión tampoco sería tan común si realmente fuera rara la dolencia...

Las personas sin este ardor son tan pocas y distantes como aquellas que tienen la gracia de Dios para la castidad.

¿Y dónde están los gobernantes espirituales y seculares que consideran la difícil situación de estas pobres almas?

¡Sería mejor si pudieras proyectar tu deseo en el amor sincero y fidelidad a ella que Dios te da!

[109]​ El escritor reformado estadounidense Jay E. Adams afirma que «la masturbación es claramente equivocada en tanto constituye una perversión del acto sexual», citando 1 Corintios 7: 3-4 para sustentar su argumento.

[114]​ Históricamente, en 1948, un escritor del periódico anglicano inglés Church Times escribía que: «Todos los moralistas cristianos condenan la masturbación en tanto implica el uso solitario y esencialmente individualista de actividades sexuales destinadas a utilizarse en asociación.

Desprecia la verdad de que con estas facultades Dios brinda medios fisiológicos para ejercerlas en un acto conjunto y común».

[117]​[118]​ De acuerdo con un sitio web católico, muchos libros anglicanos sobre sexo y matrimonio en la actualidad abogan por la masturbación.

Según Hoseini, a lo largo del Corán hay varios versículos sobre el matrimonio y cuestiones sexuales relevantes que incluyen la masturbación.

La masturbación está pues prohibida solo para aquellos que han jurado observar una vida célibe y para la primera etapa de la vida de un hombre (brahmacharyam), desde la infancia hasta la adolescencia, cuando se espera que los chicos se concentren en estudiar.

(2014) señalan que existe un gran tabú y muchos sentimientos de culpa entre los jóvenes hindúes respecto a la masturbación.

[29]​ Estos autores sugieren que los tabúes y prejuicios contra la masturbación pueden también deberse a las influencias moralistas del gobierno británico durante los tres siglos de dominación.

Según una charla del lama Thubten Zopa Rinpoche, es importante abstenerse de «las relaciones sexuales, incluyendo la masturbación, cualquier acción que produzca un orgasmo, etc., porque esto da como resultado una reencarnación».

No solo los monásticos practican el celibato, sino que también hacen votos cada vez más estrictos para conquistar sus deseos.

El erudito Sorabji Edalji Dubash también ha escrito: Si un hombre recurre a la práctica malvada de la masturbación para vencer su pasión, sus tejidos, tanto musculares como nerviosos, se relajan en tono.