Perkeo

Su ciudad natal fue Salorno, en el Tirol (hoy Provincia autónoma de Bolzano), donde trabajó como fabricante de botones hasta que le descubrió en 1716 el príncipe elector del palatinado Carlos III Felipe en su mandato como gobernador del Tirol y le tomó como curiosidad.Al principio llegó a la corte como bufón, como curiosidad para el entretenimiento de los príncipes y cortesanos.[1]​ Hay numerosas leyendas relacionadas con su vida, réplicas ingeniosas y bromas en la corte así como sobre su muerte.Un médico le aconsejó dejar el vino de inmediato y beber en su lugar agua.A pesar de su gran escepticismo y temor, Perkeo decidió seguir el consejo.
Perkeo, retratado por Johann Georg Dathan hacia 1725.
Estatua de Perkeo en Heidelberg.