Generalmente es secundaria a un proceso tuberculoso localizado en otro órgano que se disemina al peritoneo a través del sistema circulatorio sanguíneo o el sistema linfático, en ocasiones la diseminación es por proximidad desde una tuberculosis intestinal o genital.
La enfermedad se ve favorecida por diferentes circunstancias, entre ellas desnutrición, nivel socioeconómico bajo, alcoholismo crónico, cirrosis hepática, inmunodeficiencia e infección previa por el virus de la inmunodeficiencia humana.
La peritonitis tuberculosa es una peritonitis crónica de inicio paulatino que se desarrolla durante semanas o meses, los síntomas son inicialmente poco específicos, puede existir fiebre, malestar general, dolor abdominal difuso y acumulación de líquido en la cavidad peritoneal (ascitis).
Para alcanzar el diagnóstico puede realizarse una laparoscopia con biopsia que muestra hallazgos característicos u obtener una muestra del líquido ascítico en la que se observa predominio importante de linfocitos.
El diagnóstico diferencial debe realizarse con otros tipos de peritonitis y con la carcinomatosis peritoneal.