En él se escribían con una tinta dorada los nombres de todos los reyes de Númenor, empezando con Elros Tar-Minyatur hasta Ar-Pharazôn el Dorado, el vigesimoquinto y último rey de Númenor.
Sin embargo, hubo algún rey, como Vardamir, que abdicó, cuyo nombre fue escrito en el pergamino pero no llegó a gobernar, ya que abdicó inmediatamente tras recibir el cetro.
Después de Tar-Calmacil, a causa de su orgullo y odio contra los Valar y los Elfos, los reyes dejaron de usar el quenya para los nombres reales y empezaron a darse nombres en adunaico.
En el Pergamino de los Reyes, sin embargo, se continuó escribiendo los nombres en quenya a modo de superstición, pues temían en un mal que podría venir (y también para fingir que continuaban sirviendo a los Valar).
Se cree que desapareció con la caída de Númenor, ya que no se le vuelve a mencionar más en otras historias.