Perdido por perdido

Averigua que la constructora se dedica a apoderarse mediante maniobras ilegales de terrenos sobre los cuales edifica departamentos que luego vende con préstamos usurarios de la financiera y cuando alguien no puede pagar aparece Pieroti; todos integran el poderoso grupo Arregui conducido por una persona con aspiraciones políticas.

Matesutti graba los datos en un disquete que deja en poder de Clara y cita a Ernesto.

Le dice que informará a la aseguradora cómo pese a su precaria situación económica había pagado su deuda en la financiera al día siguiente del supuesto robo y con ese informe no le pagarán; sin embargo tiene una proposición: Ernesto debe llevar una carpeta con los datos, pedir tratar sólo con Arregui y, sin decir nada sobre el papel de Matesutti exigirle paguen 500.000 dólares –que luego repartirían por mitades- a cambio del disquete cuyos datos darían por tierra con su futuro político en caso de difundirse.

Ernesto lo hace y Arregui, que es una mujer acepta pagarle pero pide la ayuda de un policía corrupto.

Una vez fijado el lugar del intercambio el policía arma una trampa pero Ernesto la elude y decide poner los datos en manos de la prensa.