Su vecindad con personajes de clase baja en el edificio de Bateau-Lavoir, ubicado en la calle Ravignan 13, le pone en contacto con cirqueros y saltimbanquis, que le darían temática abundante para los próximos años.
Este sería el final de su época azul y el comienzo del período rosa.
Aunque los personajes inicialmente eran predominantemente cirqueros y acróbatas, gradualmente la temática dejó de ser específica.
A mediados de 1906, Picasso viaja a España y se instala en Gósol durante unos meses; allí continúa su producción pero siguiendo una línea más natural y localista, evocando también un cierto clasicismo.
Las pinturas posteriores del período rosa carecen de lugar y tiempo exactos.