Ortiz comenzó jugando en diversos equipos de barrio como el Tucán, el Bomberos, la Carreñina o el Pelayo C. F., antes de pasar a engrosar las filas del Real Gijón en 1949, cuando competía en Segunda División.
Se mantuvo en el equipo rojiblanco hasta su retirada, en 1963, y llegó a disputar 343 partidos, tanto en Primera como en Segunda División, en los que llegó a marcar un total de 137 goles.
El reglamento de la época estipulaba que, entonces, habría de lanzarse una moneda para decidir el vencedor del encuentro; Ortiz eligió cruz, acertó, y el Sporting pudo acceder a la final del torneo contra el Sevilla Atlético Club, en la que venció y pudo mantenerse en Segunda.
Curiosamente, también había elegido cruz para escoger campo y al comenzar la prórroga, acertando en ambas ocasiones.
[1] Tras retirarse como futbolista, ejerció labores de delegado del primer equipo rojiblanco hasta su jubilación, en 1995.