El edificio, anteriormente una fábrica, se utilizó como prisión entre 1938 y 1943, periodo que cubrió el final de la guerra civil española y los primeros años del franquismo.
En él murieron 152 presos a causa de las malas condiciones.
[1] El edificio se construyó en la primera mitad del siglo XIX.
Sin embargo, la fábrica de seda acabó siendo desmantelada y trasladada a Burgos en 1928.
[10] Tras varias décadas relegado al olvido el penal de Valdenoceda, José María González, nieto de uno de los presos que habían muerto allí, y su sobrino Eneko Vilches empezaron a recopilar información sobre otros presos fallecidos y se pusieron en contacto con sus familiares.