Península de Quiberon

Al oeste, frente a las olas del océano Atlántico, la Costa Salvaje (Côte Sauvage) presenta un paisaje rocoso de acantilados, mientras que al este, la bahía de Quiberon, la parte occidental de Mor braz, forma un cuerpo de agua protegido de los vientos dominantes.

Esta lengua rocosa, en realidad una antigua isla, se adentra 14 km en el mar y presenta dos aspectos: por el este, muy protegida con pequeñas playas de arena fina muy populares entre los turistas; al oeste, frente al mar, la costa es salvaje batida por el viento y las corrientes de fondo.

Estos ataques de los elementos han tallado la costa en una serie extraordinaria de abruptos acantilados en los que se esconden pequeñas bahías, que, en marea baja, revelan grutas, cavernas y otras espléndidas esculturas realizadas por la acción de la naturaleza.

Esta costa salvaje se explora mejor a pie por el sendero costero, aunque hay que estar atento a la meteorología ya que con mal tiempo, el camino puede llegar a ser peligroso.

Quiberon es también un paraíso para los amantes del mar y los deportes náuticos.