Pelayo del Castillo López

Allí hizo el bachillerato y el padre lo obligó después a estudiar Derecho en Madrid, pero no llegó a ejercer y se dedicó al teatro seducido por el librero y escritor Miguel Pastorfido, quien recogía a los escritores desconocidos y anónimos a los que gustaba de exprimir para luego firmar él sus obras, pagándoles solo lo justo para comer hasta que Pelayo se hartó y rompió esa sociedad, que luego se reconcilió, llegando incluso a escribir piezas en colaboración.

Amante del vino, viajó a Valencia, donde escribió en valenciano y trabajó como periodista colaborador e incluso el 25 de marzo de 1867 contrajo matrimonio con Josefa García Cañas, hermana del director de La Gaceta Popular; pero no tardó en separarse de su mujer y regresó a Madrid, de nuevo atraído por la mala vida, y consiguió un empleo en la administración de Correos gracias a su amistad con el ministro Francisco Romero Robledo.

Trabajó para la prensa, el teatro (con traducciones del francés u obras propias) y la edición, e incluso hizo de negro o escritor fantasma para otros escritores como por ejemplo Francisco Camprodón.

Sus comedias más conocidas son El que nace para ochavo, al menos reimpresa siete veces y que tuvo su segunda parte, Un año después, y El vago de Real Orden.

En su producción predominaron las obras cortas, en uno o dos actos, también juguetes cómicos y hasta algún que otro libro de chistes y pasatiempos.