Pedro Laín Entralgo

[3]​ Fue hermano del político socialista y traductor José Laín Entralgo.A su vuelta trabajó como médico en la Mancomunidad Hidrográfica del Guadalquivir y en el Instituto Psiquiátrico Provincial de Valencia.[5]​ Llegaría a colaborar con el diario Arriba España de Pamplona,[6]​ así como con la revista Jerarquía.En ella publicaron, entre otros, Dámaso Alonso, Azorín, Baroja, Marañón, Menéndez Pidal o Zubiri.Se muestra en esto discípulo de Ortega y Gasset, aunque su principal mentor filosófico será Zubiri, con quien Laín tendrá además estrecha amistad.En ellas adopta una visión de la historiografía más hermenéutica, interpretativa, que positivista[18]​.Según José María López Piñero, “abandonó por completo el continuismo de la ‘progresión ascendente’ positivista, sustituyéndolo por un modelo discontinuista del cambio histórico, integrado por ‘modos’ o ‘estilos del saber médico’ condicionados socioculturalmente en ‘situaciones históricas’ concretas”[19]​ Pero sus intereses le llevan más allá de la historia, al campo de la elaboración sistemática de una antropología médica y una filosofía del hombre, que explora en tres dimensiones fundamentales: como ser que cree, espera y ama.En sus estudios antropológicos toma como punto de partida, por un lado, sus creencias cristianas, que de forma muy concisa resume en los siguientes puntos: Dios creó al hombre a su imagen y semejanza; el hombre entero pervive tras la muerte; durante su vida terrena, al hombre le es posible comunicarse con Dios.Desde esta orientación, realiza una crítica del concepto de alma desde Platón hasta nuestros días.[cita requerida] Desde estos supuestos, en sus últimos años aborda un gran proyecto de estudio histórico y sistemático de la concepción del cuerpo humano, que no llegará a culminar, pero del que serán fruto libros como El cuerpo humano: Oriente y Grecia antigua (1987), El cuerpo humano: Teoría actual (1989), Cuerpo y alma: Estructura dinámica del cuerpo humano (1991) y Qué es el hombre: Evolución y sentido de la vida (1999).En 1976, recién iniciada la transición política a la democracia, publicó Laín unas memorias tituladas Descargo de conciencia (1930-1960), sin duda su obra más controvertida.Algunos, como Carlos Castilla del Pino, consideraron insuficiente aquel rendimiento de cuentas[22]​.