Paz de Bautzen

El tratado, establecido en la ciudad alemana de Bautzen, puso fin a las guerras polaco-alemanas libradas desde 1002, enfrentamientos que pretendían hacerse con el control de Lusacia y Alta Lusacia, al igual que otros territorios como Bohemia, Moravia o Eslovaquia.

El tratado de paz firmado entre Enrique II y Boleslao I de Polonia puso fin a quince años de guerra continua entre los dos soberanos; de igual forma, cerró las negociaciones que el emperador había iniciado en 1003 con los lusacios.

A pesar de las pérdidas territoriales que este tratado contemplaba, la paz frenaba los conflictos del frente oriental del Sacro Imperio Romano Germánico y permitir al soberano concentrarse en la reunificación del Imperio, que se había entonces escindido en dos partes.

Así pretendía alcanzar el título de Emperador romano universal, ya codiciado antes por su predecesor Otón III.

Como aliado del Emperador, Boleslao tuvo la oportunidad de enfrentarse contra el gran príncipe de Nóvgorod y Rus de Kiev Yaroslav I el Sabio.

Castillo de Ortenburgo, lugar donde se firmó el tratado.