Ese mismo año se las arregló para ser admitido en el Campo Marsh, en la rama aérea del Ejército a pesar de no contar con la escolaridad suficiente para ingresar.
De este modo, Mantz se transformó en una celebridad entre bambalinas, consiguiendo amistades como Errol Flynn, Clark Gable y James Cagney.
[2] Mantz asesoró a Robert Aldrich y Frank Tallman en la puesta en escena del film El vuelo del Fénix (1965), logrando convencer al director de que el avión que surgiría de los restos de un Fairchild C-82 Packet, matrícula N6887C, usado en el film y bautizado como Phoenix debería volar realmente para dar más realismo a la producción.
Este aparato aparece desde su construcción en el film original y para las tomas finales se tuvo que recurrir a un avión O-47 reconvertido.
[3] Su cuerpo fue incinerado, pero la película que ayudó a impulsar se convirtió en un éxito de taquilla.