[1] En su ciudad natal toma un primer contacto con la música, como niño de coro.
Fundó y dirigió varios orfeones, recibiendo numerosos premios.
Dos años después funda El Nuevo Orfeón, más tarde conocido como Orfeón El Eco, y que pervive hasta nuestros días.
En 1896 se va a vivir a Madrid, donde dirige el Orfeón del Centro Gallego y el Orfeón Matritense, y trabaja como profesor del Conservatorio nacional.
Sus restos reposan en el cementerio antiguo de Mondoñedo, bajo un monumento y sepulcro, en el que puede leerse: «Homenage a Pascual Veiga, autor de la Alborada», y debajo una mención a la diáspora gallega en Buenos Aires, que sufragó el monumento.