Sus padres trabajaron en las obras del metro de Barcelona y su madre, Purificación Llopis, regentó una fonda en la calle Sugranyes.
Fresquet era amante de la bebida y el boxeo, siendo una persona agresiva.
Sobre su comportamiento sexual, promiscuo y vejatorio con las mujeres, algunos estudios grafológicos indican que tenía grandes conflictos interiores, sobre todo de índole sexual; que negaba su sexualidad y que podría haber sido homosexual.
Era su cabecilla y acostumbraba a justificar las ejecuciones de "fascistas" (religiosos, falangistas, militantes de la CEDA, católicos, carlistas, propietarios rurales, caciques y cualquier partidario de la sublevación militar) en el balcón del ayuntamiento del pueblo dónde los asesinatos se llevaban a cabo.
Murió de cáncer en 1957 en una residencia denominada Castel Roseraie.