En aquella oportunidad, los parlamentarios del PS mostraron su preferencia entre «procomunistas» y «anticomunistas» en la votación realizada en el Congreso Nacional.
El argumento usado para respaldar a Ibáñez era que constituía un candidato con arrastre popular y era necesario darle desde adentro una orientación verdaderamente progresista.
Esta decisión dividió al socialismo, ya que algunos vieron con desconfianza las promesas de campaña del candidato y además recordaron los episodios de persecución política sufridos durante su primer gobierno.
Por lo mismo, algunos militantes como Salvador Allende, Tomás Chadwick Valdés y José Tohá se trasladaron al Partido Socialista de Chile, por entonces dirigido por Armando Mallet Simonetti, creando el Frente Nacional del Pueblo junto a los comunistas proscritos.
El propio Allende compitió en la carrera presidencial, donde consiguió cerca del 5% de los votos.