[1] Esto suponía un notable avance con respecto al 5,3% y siete asientos que había obtenido su predecesor, el Partido Progresista en 1974.
[2] El nuevo primer ministro, Pieter Willem Botha, impulsó un programa de reformas para mantener el apartheid ampliando su base social concediendo representación política a las minorías mulata y asiática.
[3] Sin embargo, también el PFP incrementó su representación hasta obtener el 19,44% de los votos y 26 parlamentarios,[4] lo que le convirtió en la oposición «oficial».
Dirigido por su nuevo líder, Frederik van Zyl Slabbert, el partido se opuso frontalmente al proyecto de Botha de crear dos nuevas cámaras para mulatos y asiáticos excluyendo completamente a la mayoría negra del juego político.
Botha organizó un referéndum en 1983 en el que la población blanca debía decidir si apoyaba o no la reforma.