La entonces Provincia de Ñuble no queda ajena a la situación, y los principales recintos relacionados con las Fuerzas Armadas de Chile son convertidos en centro de detención y tortura.[2] El sector en que se ubica el memorial, aunque no es un punto concreto de algún acontecimiento de violación a los derechos humanos, sí se relaciona geográficamente a víctimas de detenidos desaparecidos y ejecuciones políticas.[3] Para el año 2017, el lugar permanece cubierto por la instalación de un colector de aguas lluvias,[6] trabajos que perduraron dos meses,[7] sin embargo su acceso al público se concretó en agosto de 2018.[8] En 2019, durante el Estallido social, grupos de extrema derecha vandalizaron el parque y diversos memoriales en la región, como también realizaron rayados en diversas propiedades en contra a víctimas de violaciones de los derechos humanos durante la dictadura militar.[9][10] Dichas vandalizaciones no fueron repuestas hasta el aniversario 48 del año 2021, durante la alcaldía de Camilo Benavente.