[1] Durante la dictadura militar, el recinto fue utilizado como lugar de detención y torturas a prisioneros políticos.
[2] Los detenidos podían provenir de la Cárcel de Chillán y la Cárcel de Mujeres Buen Pastor de Chillán,[2] y desde aquí eran trasladados al Regimiento de Infantería n.º 9 "Chillán", siendo en los primeros años de dictadura, cuando hay mayor cantidad de detenidos en el lugar.
[2] Producto de la cercanía entre la Segunda Comisaría de Chillán y el Cuartel, existía un constante traslado de detenidos entre ambas entidades.
[2] Según testimonios de víctimas de violaciones de los derechos humanos, las sesiones de tortura incluían la presencia de carabineros, militares, detectives y civiles de la ciudad de Chillán,[3] y entre estos civiles, se encontraban otras personas que también eran o iban a ser torturadas, de manera obligada.
[2] La tortura más común, era la aplicación de electricidad en genitales, rodillas o tobillos.