Para eso llevó a cabo un costoso y producido evento que significó un altísimo gasto para el tesoro real: 8.228 pesos.
Pero el complot se frustró, al ser casualmente descubierto.
[1] Los indígenas bajo el mando del cacique Lebián aceptaron la paz con una altanería y soberbia que enardecieron los ánimos de los colonos españoles.
Las hostilidades solo se atenuaron brevemente, para volver a intensificarse luego.
Al año siguiente, Morales insistió en su empeño en el Parlamento de Santiago (1772).