Paradoxa Stoicorum (en español, Las paradojas de los estoicos ) es una obra del escéptico académico y filósofo Cicerón en que intenta explicar seis dichos famosos estoico que parecen ir en contra del entendimiento común: (1) la virtud es el único bien; (2) la virtud es el único requisito para la felicidad; (3) todas las buenas obras son igualmente virtuoso y todas las malas acciones igualmente viciosas; (4) todos los necios están locos y esclavizados; (5) solo los sabios son libres; y (6) solo los sabios son ricos.
La obra fue escrita alrededor del 46 a. C.[1] El trabajo está dedicado a Marcus Brutus.
[2] En la introducción, Cicerón elogia a Brutus tío Cato el Joven que todavía estaba vivo en esta fecha.
[4] Se cree que él no consideró estos ensayos como obras serias de filosofía, sino más bien como ejercicios retóricos.
[4][5] En otra parte, Cicerón critica estas paradojas: especialmente De Finibus iv.
En el siglo XVI, Marcantonius Majoragio escribió una obra criticando a Cicerón, titulada "Antiparadoxon".
[3] Los bienes genuinos deben satisfacer el deseo y hacer feliz a su poseedor.
[3] Los bienes espurios o aparentes no satisfacen los deseos, sino que despiertan aún más el deseo, así como el miedo a perder esas cosas que poseen actualmente.
[4] Todas las virtudes son iguales ya que esto corresponde al mismo impulso hacia el bien.