Se utilizan dos técnicas: HALO, que es el acrónimo del inglés para High Altitude-Low Opening (Gran Altitud-Baja Apertura) y HAHO que significa High Altitude-High Opening (Gran Altitud-Alta Apertura).
Aunque las técnicas HALO se desarrollaron por primera vez en 1960 para uso militar, en los últimos años los diseños de paracaídas HALO se han utilizado más ampliamente en aplicaciones no militares, incluso como una forma de paracaidismo.
Luego, el cargamento procede a caer bajo el dosel hasta una zona de caída designada.
A alta altitud en la atmósfera las cantidades de oxígeno disponibles para respirar descienden considerablemente.
Generalmente el saltador se enfrenta a temperaturas bajo cero, con todos los riesgos que el frío extremo conlleva.