Su espíritu es demasiado nuevo y pujante para ser amoldado a las viejas formas, cuya vigencia caducaba.
La respuesta de Cristo también declara las relaciones entre la Antigua y la Nueva Alianza.
Su doctrina exige odres nuevos: una penitencia interior más profunda, una renovación, y quien la reciba de este modo comprobará que esa doctrina es como el vino añejo, es decir, «mejor», y no querrá volver a su vida anterior.
[14] A principios del siglo II, Marción, fundador del Marcionismo, usó este pasaje para defender “una total separación entre la religión que Jesús y Pablo apoyaron, y la de las escrituras hebreas.”[15] Otras interpretaciones dicen que es un mensaje de que Jesús ha traído algo nuevo, y que los rituales y las tradiciones del judaísmo oficial no pueden ser parte eso.
[16] Juan Calvino dijo en sus comentarios sobre Mateo, Marcos y Lucas[17] que los odres viejos y el vestido viejo representaban a todos los discípulos de Jesús, mientras que el vino nuevo y el trozo de tela nuevo representan la práctica de ayunar dos veces a la semana, y mencionó que ayunar de esta manera sería pesado para los nuevos discípulos, y más de lo que pudieran soportar.