Símaco
Hijo de un tal Fortunato, fue archidiácono durante el pontificado de Anastasio II a quien sucedió en el pontificado al ser elegido por una parte del clero romano.En este sínodo se decretó que todo clérigo que, durante el pontificado de un papa, intrigase para elegir a su futuro sucesor, sería excomulgado.Ante esto, Teodorico instaló a Lorenzo en el Palacio de Letrán como papa, con lo que el cisma se mantuvo abierto durante cuatro años hasta que, en 506, el rey retiró su apoyo a Lorenzo por su excesiva connivencia con la corte bizantina y, tras expulsar a todos los probizantinos, apoyó definitivamente a Símaco.[5] Durante su pontificado, Símaco apoyó económicamente a los obispos de África que se encontraban desterrados en Cerdeña tras las persecuciones a que los vándalos, de doctrina arriana, habían sometido a la Iglesia del norte de África.También concedió la libertad a los esclavos que mantenía la Iglesia y, asimismo, se le atribuye la construcción inicial del Palacio Vaticano.