Consecuencia de las obras de la presa, al salir a la superficie el manantial del que se surtían anteriormente las publicaciones que pretende irrigar el pantano.
También la creación de plantaciones alrededor del futuro embalse para compensar lo perdido con el llenado.
En enero de 2018, se publica un estudio científico elaborado por la Universidad de Zaragoza, de Burgos y otras empresas, que determinan que el llenado del embalse podría traer consecuencias fatales para las poblaciones río abajo; ya que la presión del agua podría reactivar la actividad sísmica de la falla que hay en la zona.
Este estudio comunica que las zonas mayormente afectadas serían Ricla y Calatorao.
Debido a la polémica generada, la misma Confederación Hidrográfica del Ebro tuvo que emitir una nota técnica aclaratoria en la que se ponen de manifiesto los errores y la absoluta falta de rigor del citado estudio, argumentando que la presa es totalmente segura.