Se caracterizan por las inconfundibles manchas blancas que presentan a ambos lados del cuello y una franja también blanca en la parte superior de cada ala, muy visible cuando el ave vuela.
Ambos sexos tienen un aspecto similar, si bien los ejemplares jóvenes presentan tonos parduscos y carecen de manchas blancas en el cuello.
Su canto consiste en un arrullo grave, similar al ulular de los búhos, que está compuesto por cinco sílabas características: (ouú-cuú-cuu-cuu-cuu).
A partir de marzo puede verse el característico vuelo amoroso del macho, dando sonoros aletazos en su vuelo en parábola ascendente, que interrumpe para dejarse caer con sus alas alzadas y terminar planeando, y se muestra agresivo con el resto de machos.
En la época de cría se vuelven más oscuras, especialmente la cabeza.
Las palomas torcaces anidan preferentemente en los árboles cercanos a los ríos y caminos.
Sus pichones son alimentados por su progenitores con la denominada leche de paloma, un fluido muy alimenticio producido en el buche.