Palacio de la Salina

Cuenta con airosa fachada, patio con arcos, capiteles y ménsulas de gran interés.[1]​ Debe su nombre (La Salina) a haber sido sede del estanco de la sal (hasta 1870) y su disposición, abierta a la calle, demuestra que es un edificio construido desde sus inicios para ser público y no destinado a residencia, por lo que se puede afirmar que dicho Juan Alonso de Fonseca, era el concesionario del monopolio de la sal en la ciudad.Existe una leyenda, según la cual el arzobispo Alonso de Fonseca fue a Salamanca[2]​ a un concilio diocesano acompañado de su amante gallega Juana Pimentel "La Salina".El obispo trató de que las diferentes familias nobles de la ciudad le ofrecieran cobijo durante su estancia, pero las de los apellidos relevantes le negaron la entrada en sus casas, por su compañía.El arzobispo se enfadó tanto que decidió hacer construir el Palacio de la Salina con una decoración interior que representara a los principales nobles de Salamanca de forma monstruosa.