La desmesura de la obra y la libertad dada al arquitecto para sobrepasar casi todas las normas impuestas originalmente siguen siendo un gran misterio.
Según se dice, todo un barrio fue seguido por la construcción a finales del siglo XIX.
Hacia 1947 la mayor parte del edificio fue reparada y la cúpula fue construida dos metros más alta que la original.
La construcción y la inmensidad del lugar han inspirado a artistas como François Schuiten, quien ha retratado su imagen en innumerables ocasiones.
Adolf Hitler era tremendamente aficionado a la arquitectura y junto a Albert Speer se basó en la construcción del Palacio para levantar edificios monumentales de la época nazi.