Pero tras las primeras cosechas la casa resultó insuficiente y se procedió a la ampliación de ésta.
A partir de ese momento la finca del Quejigal pasó a manos de Vega-Sicilia, quienes en la actualidad producen en ella vino blanco y miel.
Poseía también una famosa biblioteca, con unos cinco mil libros, entre los que sobresalían destacados incunables.
El edificio tenía un amplio patio en el centro y en la planta baja se hallaban situados sus magníficos salones en los que se encontraban los valiosísimos cuadros antes citados y reposteros.
Poseía también varias puertas talladas, de los siglos XII y XIII.
En 1956 sufrió un incendio que lo destruyó por completo, aunque se lograron salvar diversas joyas, entre ellas la famosa diadema de los Hohenlohe.
[7] La familia Hohenhole vendió la Real Heredad del Quexiral al grupo de empresas Eulen, que la gestiona actualmente.