Cabe destacar la Sala delle Cariatidi (Sala de las Cariátides) en la planta noble del palacio, que ocupa el lugar del antiguo teatro, quemado en 1776, y es el único ambiente que sobrevivió al duro bombardeo de la ciudad en 1943, durante el cual se perdieron los interiores neoclásicos.
[2] Hasta principios del siglo XVI, los duques de Milán tenían su residencia oficial en el Castello Sforzesco.
Tibaldi, arquitecto de confianza del arzobispo Carlos Borromeo, ya estaba trabajando en ese momento en el Duomo, en el Palacio Arzobispal y en Cortile dei Canonici.
En este período Piermarini formó la estancia principal del palacio, la conocida como Sala de las Cariátides.
[2] La remodelación tuvo lugar entre 1769 y 1778, coincidiendo al final con el trabajo en La Scala (1776-1778), en un estilo que ha sido definido como un "neo-palladiano algo árido".