Se sitúa en el corazón del ensanche bilbaíno con fachada principal en chaflán a la plaza Moyúa y línea de fachada que se prolonga hacia la Gran Vía y la calle Elcano.
Se trata de una obra ecléctica inspirada en revivalismos neoflamencos, construido en 1888 para Víctor Chávarri y su hermano Benigno Chávarri por el arquitecto Atanasio de Anduiza[cita requerida] según proyecto del arquitecto belga Paul Hankar.
Se apareja con sillares polícromos y presenta decoración estucada e importantes motivos de forja.
El acceso principal en arco escarzano se abrió al cambiar la función del edificio.
El palacio Chavarri ha sufrido importantes reformas tanto en su estructura interna como en accesos, para adaptarse a la función que desempeña.