Pero cumplidos los dieciocho años, la familia decidió regresar a España y Paco dejó allí enterradas a dos hermanas, Cecilia y Magdalena, quedando atrás su primer amor idealizado, la bella Jandira.
Realizó el servicio militar en Valencia y, por fin, en 1929 contrajo matrimonio con su compañera del alma, Justa Beltrán Tortosa, sin que en la larga andadura de su amor hubiera hijos.
Fue allí donde murió su hermano Bonifacio y donde contrajo una grave enfermedad pulmonar cuyas secuelas arrastraría de por vida.
En 1950 regresaron al valle y se instalaron en Elda, comenzando a colaborar en periódicos y revistas de la comarca, hasta que por fin pudo volver a Petrel, el pueblo amado.
En 1967 publicó sus poemas en la antología titulada Cuando las yemas revientan junto a Enrique Amat, Gabriel García Romeu y el sacerdote Jesús Zaragoza, recopilador del volumen.