[2] Fue diseñado por Cristián Undurraga y Ana Luisa Devés, quienes quisieron darle forma al pabellón inspirado en la artesanía chilena, por lo que el diseño, construido en madera laminada de pino radiata en estilo de entramados, es sostenido por seis trípodes invertidos de acero, lo que le otorga una forma rectangular que simula un canasto de la cestería en mimbre, actividad artesanal muy difundida en el país.
[3] Durante la Exposición Universal, el pabellón chileno ganó el segundo lugar (medalla de plata) como «Mejor Arquitectura y Paisaje», solo superado por el pabellón de Reino Unido.
[4] Adicionalmente, recibió una de las tres menciones honrosas especiales por su innovación y vanguardismo arquitectónico, junto a los pabellones de Brasil y Marruecos.
[6] Una vez terminada la Expo 2015, el pabellón fue desarmado y llevado de regreso a Chile.
También jugó un rol fundamental en la propuesta debido a la importancia que tiene la actividad forestal en la Zona Sur del país; sumado a lo común de las edificaciones en madera en la región, dándole además un sentido localista.