País de las Manzanas
Incluso -siempre según sus testimonios- le mostraron el sitio de una antigua batalla, ocurrida al menos 50 años antes, donde eran evidentes aún restos humanos.Ciertamente, los gobiernos argentino y chileno no veían a todos los pueblos originarios de la Patagonia Austral como una entidad indistinta, y así lo expresaron varias autoridades de ambas naciones, así como viajeros y exploradores, incluyendo el ya nombrado Munsters: Debe reconocerse -sin embargo- que fueron los mismos europeos o cristianos quienes destacaron la manera diplomática con que los originarios ponían fin a las disputas, independientemente de si se hubiera llegado previamente a la sangre: Rara vez existía un "sometimiento" del derrotado al victorioso, sino que más bien se producía una suerte de acuerdo mediante el cual este incorporaba a aquel a su propia tribu por diversos lazos o vínculos.Para Estanislao Zeballos, el territorio llamado de Las Manzanas coincidía más o menos exactamente con la actual provincia del Neuquén, afirmando que presentaba la forma de un triángulo isósceles, teniendo por lados al norte y nordeste el río Neuquén, al sur y suroeste el río Limay, y teniendo por base la nevada cordillera de los Andes.Estas divisiones están basadas en el elemento predominante en la zona donde vivían y también a la ubicación geográfica donde habitaban.Fue un lonco muy digno y respetado durante toda su actuación como tal (1850-1885), siendo el principal referente en un vasto territorio poblado por alrededor de treinta mil habitantes, pudiendo juntar unos cinco mil guerreros, lo que le confería una fuerza considerable y despertaba temor en otros jefes mapuche.Más de una vez se definió como argentino y enarboló la bandera nacional frente a su toldo.