Pío XII y China

Los chinos lo veneraban como un ritual ancestral, pero el Vaticano lo consideraba un ejercicio religioso que entraba en conflicto con el dogma católico.

Un año después de su elección, el Papa Pío XII dio un giro radical a su política.

Formó una Iglesia china "patriótica", nombrando al clero y a la jerarquía.

Sin embargo, el gobierno estaba comprometido con su visión ideológica del marxismo, que era muy hostil a la religión y apoyaba su erradicación.

El partido comunista equiparó rápidamente la afiliación religiosa a una prueba de lealtad política e ideológica.

En las ciudades chinas se practicaba la tolerancia hacia las iglesias cristianas, pero en las zonas rurales comenzó la persecución en 1950.

El clero católico tuvo que hacer frente a una mayor supervisión de sus actividades.

Obispos y sacerdotes se vieron obligados a realizar trabajos degradantes para ganarse la vida.

[6]​ Se abstuvo de encarcelar o ejecutar a los católicos en gran número, ya que temía una guerra internacional con las potencias occidentales.

[8]​ Esto resultó especialmente difícil para los católicos, ya que el papa era considerado una entidad tan extranjera.

[6]​ El Papa Pío XII respondió a estos ataques y persecuciones en su encíclica Evangelii praecones, que se refería a las misiones católicas en todo el mundo, pero incluye sus opiniones sobre la nueva situación en China: [...] .

El gobierno chino formó entonces el Movimiento de las Tres Autonomías, para supervisar el liderazgo, las finanzas y la enseñanza católicas.

Por tanto, la capacitación de las instituciones nacionales y la formación del clero nativo eran siempre prioritarias.

Tras la destitución de todos los obispos, el gobierno declaró vacantes las véase e instaló a sus propios candidatos.

[15]​ Con su encíclica Ad Apostolorum principis, el Papa Pío XII protestó contra esta renovada persecución.