En el debate se discutía si las prácticas rituales chinas de honrar a los antepasados de la familia y otros ritos formales confucianos e imperiales chinos calificaban como ritos religiosos y eran, por tanto, incompatibles con las creencias católicas.Sin embargo, la misma congregación se puso del lado de los jesuitas en 1656, levantando así la prohibición.[3] La controversia involucró a las principales universidades europeas; el emperador Kangxi de la dinastía Qing y varios papas (entre ellos Clemente XI y Clemente XIV) examinaron el caso; también intervinieron las Congregaciones de la Santa Sede.[4] En Europa, se ve con mucho interés el desarrollo de las colonias en regiones alejadas.El primer nombre, tianzhu, viene de los budistas, mientras que el segundo, tiandi, deriva del confucionismo.El segundo punto se refiere a una tablilla caligrafiada y ofrecida por el emperador con la inscripción “adorar el cielo”, jing tian.En 1645, un decreto del papa Inocencio X declara estas ceremonias como supersticiosas e idólatras.En 1656, un decreto opuesto del nuevo papa Alejandro VII considera una parte de las ceremonias, los homenajes a los antepasados, como hábitos civiles.Esto sucede al mismo tiempo que el emperador Kangxi publica el Edicto de la Tolerancia.En el año 1704 un decreto del papa Clemente XI condena definitivamente los ritos chinos.Una bula papal de Benedicto XIII en 1721, concede ocho concesiones requeridas por los jesuitas que son transmitidas por Mezzabarba.Entre estos decretos, Yongzheng sucede como emperador a Kangxi y prohíbe el cristianismo en 1724.
Matteo Ricci (Li Madou) y Xu Guangqi. En: Athanasius Kircher: China Illustrata, 1667