Oyá es la diosa de las tempestades y del viento fuerte que la precede, pertenece al Panteón yoruba.
Esta diosa también se conoce con el nombre de Yànsá del Yorùbá Iyámsá (Iyá: madre -Omo: hijos - Mesá: nueve) por ser madre de nueve egguns dado lo cual ejerce un poder especial sobre estos.
Posee 23 caminos o avatares, en los que se nombra: Oyá representa un ideal femenino ajeno a la cultura Yoruba.
Otra leyenda cuenta que estaban todos los orishas danzando y Xapaná (también conocido como Babalú ayé) estaba escondido detrás de la puerta mirando, Oggun lo vio y preguntó a su madre: -¿Por qué se esconde mi hermano?-, ella le respondió: -Porque no quiere mostrar sus llagas.
Entonces Oggun salió, tomó a su hermano y le hizo con pajas de la costa la vestimenta que lo hace característico.
Ella así lo hizo y, tiempo después, dio a luz nueve hijos (número místico de Oyá).
Entonces ellas resolvieron castigar a sus maridos, pero sin ningún criterio o límite, abusando de esta decisión, humillándolos en demasía.
De este modo, durante la noche, cuando los hombres pasaban por ahí, las mujeres (que estaban escondidas) hacían aparecer el mono y ellos huían totalmente asustados.
Conviene hacer notar que, en el culto, Eggun nace en la selva (igbo igbalé).
Y, como nos explica la leyenda, Oyá, la selva y el mono están íntimamente ligados al culto, inclusive en relación con la voz del mono como forma de hablar del Eggun El símbolo de esta diosa guerrera es la lanza.
También se asocia con otros fenómenos atmosféricos, tales como la centella, la tromba de viento, el rayo, etc. Su culto es muy importante, no solamente por su relación con las tempestades, y por ser esposa de Changó, sino también por su extraña asociación con los muertos.
En Cuba, Oyá no es la primera esposa de Changó, como se la considera en África, sino la segunda.