Con más de 500 integrantes, la comunidad se expandía por Austria, Alemania, Francia, Suiza, Noruega y Holanda.
La dedicación a un trabajo alienante y la creciente jerarquización interna puso en contradicción, para una gran mayoría de sus miembros, la vía hedonista hacia la emancipación en la que se basaba la comuna.
El arte jugaría un papel central en la nueva sede vacacional: se estableció un centro artístico-residencial de carácter internacional, el Atelier del Sur, en referencia al famoso proyecto que inspiró a Van Gogh en su viaje a tierras meridionales.
Sin embargo, una serie de conflictos no resueltos llevaron al desmoronamiento del proyecto comunal.
En 1990 la comuna utópica se transformó en una pragmática Sociedad Cooperativa compuesta por socios con derecho a voz y voto.