[1] Concretamente, la cóclea contiene los receptores sensitivos para la audición y el aparato vestibular es el responsable del equilibrio.
Además, dosis altas de este fármaco pueden producir acúfenos (zumbido en los oídos) y otras alteraciones auditivas.
[3][4] Los aminoglucósidos son antibióticos bactericidas útiles en el tratamiento de infecciones graves producidas por bacterias gramnegativas aerobias.
Es un complejo basado en el platino que reacciona in vivo, uniéndose al DNA y provocando la apoptosis (muerte) celular.
El ácido etacrínico presenta esta toxicidad muy frecuentemente, aunque los demás fármacos de la familia, como la furosemida, también pueden provocar ototoxicidad, en mayor medida si son utilizados a dosis elevadas y administrados por vía parenteral.
La toxicidad a nivel del oído se incrementará con la administración concomitante de otros fármacos ototóxicos.
Su administración vía parenteral puede tener como principal efecto adverso el síndrome del cinconismo (tinnitus, pérdida auditiva tempora, náuseas y vómitos).
[3] Entre sus efectos secundarios se encuentran alteraciones del equilibrio derivados de la toxicidad en el órgano vestibular.
Hay que poner especial atención a su uso y nunca asociar la vancomicina con otros fármacos ototóxicos.
Por otra parte, se debe evitar la exposición a los compuestos ototóxicos de origen no farmacológico.