Es la única especie de Oryx que posee cuernos curvos, lo que le da el nombre común.
Su aspecto es usual en el género, pero sus cuernos se curvan hacia atrás en forma de cimitarra y su pelaje, aunque blanco, es de color rojizo en las patas y el cuello, mientras que la máscara facial es casi ausente.
Esta especie presenta la particularidad de que fue domesticada en el Antiguo Egipto como animal productor de carne.
Eventualmente su domesticación cayó en desuso debido a la agresividad de la especie.
Debido a la caza excesiva y la competencia con el ganado doméstico fue declarado extinto en estado salvaje pero se conservan ejemplares en cautiverio.